Pese a los esfuerzos de un gran número de profesionales jurídicos y de resolución de conflcitos, jueces, abogados y mediadores, entre otros, la mediación en España no termina de implantarse con éxito, o al menos no al ritmo que sus promotores esperan.
Las razones tienen que ver con la necesidad de difundir los beneficios de la mediación entre la ciudadanía como procedimiento alternativo, más rápido y menos costoso de resolución de conflictos, en el que las partes son las que asumen la responsabilidad de sus acuerdos.
También, se plantea la necesidad de incorporar la mediación al proceso judicial, ya una realidad en un buen número de sedes judiciales, aunque hasta ahora los resultados han sido decepcionantes, tanto en número de derivaciones, como en el resultado final de estos procedimientos.
Es recurrente el argumento de la falta de “cultura de mediación” en España, en comparación con otros países, para justificar el crecimiento lento de esta práctica en nuestro país.
Ignacio Martínez Mayoral, experto mediador y facilitador, en su publicación «Un cruce sin semáforos. Una perspectiva cultural de la mediación en España» analiza desde una perspectiva cultural los desafíos que la Mediación, específicamente la mediación familiar intrajudicial, debe afrontar y que tienen mucho que ver con la forma en que la cultura dominante en España se aproxima al conflicto.